Se puede conocer el Mediterráneo más auténtico a través de los pueblos que se reparten a lo largo de su litoral. En Alella, Montgat, Premià de Mar, Vilassar, Canet, Arenys, Pineda o Sant Pol, se aprecia cómo es la vida en el mar y el carácter más amable de las localidades costeras. Descubrir el encanto de sus calas y degustar la excelente oferta gastronómica del Maresme proporcionará una experiencia inolvidable en cualquier estación del año.